Por todos es sabido el alto índice de economía sumergida que se mueve en el sector de la construcción, la electricidad, la fontanería, etc., así hasta un sinfín de oficios desde los que se pueden realizar actividades profesionales de tiempo limitado, principalmente a particulares, quienes en la mayoría de los casos, y como es normal, desconocen si los trabajadores que las ejecutan están dados de alta o no.
Si a esta cuestión le añadimos que muchos profesionales se han podido sumar a esta práctica por tener que dejar de prestar sus servicios o son despedidos por empresas que han visto reducida su actividad en los últimos tiempos, una válvula de escape a su situación es, sin duda, la realización de este tipo de trabajos remunerados difíciles de controlar.
En consecuencia, si queremos que se reduzcan los elevados porcentajes que la prensa tiene a bien recordarnos de vez en cuando, alrededor de un 20%, de personas ocupadas fuera de la legalidad, deberíamos de replantearnos el modelo y buscar formas de reducir estos porcentajes más allá de medidas sancionadoras, incentivando que los propios profesionales entiendan los beneficios de estar dados de alta más allá de los costes que ello supone. Sin duda, cuando la actividad se reduce sensiblemente el ahogo económico invita a buscarse la vida a través de fórmulas fuera de la ley y quizás podríamos evitarlas.
Una fórmula podría ser crear un régimen de trabajadores autónomos a tiempo parcial, limitándolo en el tiempo, es decir, no más de x días en el mismo mes y durante x meses, etc., teniendo en cuenta a su vez el nivel de ingresos y/o facturación, obligando a quienes superen estos umbrales a darse de alta a tiempo completo. Por otro lado, podría tratarse de una medida a la que solo pudieran acogerse por ejemplo aquellos trabajadores que lleven más de seis meses en situación de desempleo –a fin de evitar la picaresca– o estén iniciando su carrera profesional, y además, fuera obligatorio inscribirse en un registro específico de profesionales acogidos a esta modalidad.
Evidentemente, para que esta medida funcionase debería implantarse un sistema de altas/bajas a la seguridad social sencillo y rápido – hoy día podría ser posible a través de dispositivos de acceso universal como los teléfonos móviles – y estableciendo este organismo un mecanismo de pago por recibo bancario a principio del mes siguiente con la suma de todos los periodos de alta. No crea que sea tan difícil, insisto, con los medios telemáticos actuales.
De esta manera ganaríamos todos, por un lado más personas contribuyendo y menos personas trabajando sin cotizar, menos economía sumergida y mayor crecimiento económico. Esta propuesta, la del trabajador autónomo a tiempo parcial, es una proposición más que podría sumarse a otras que nos ayuden a salir de la crisis. Nuestro sistema laboral debe incorporar medidas novedosas que favorezcan la reincorporación al mercado de trabajo de quienes lo abandonaron por las circunstancias que sea.