“En el siglo XXI la artesanía ha adquirido un papel fundamental en la sociedad. Hoy en día, los artesanos son figura indiscutible del patrimonio cultural de un país, pues más allá de imprimir a sus piezas las particularidades del entorno que les rodea, transmiten sus conocimientos a las nuevas generaciones y atraviesan fronteras con sus creaciones. Al mismo tiempo, la artesanía es una de las actividades más productivas del sector cultural, al contar con un gran potencial de desarrollo cultural, social y económico.”

Con este párrafo de Francesco Bandarin (UNESCO), comienza el prólogo de “En DIÁLOGO con la INNOVACIÓN. Artesanía Chilena Contemporánea”, publicada por el área de Artesanía del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile. Esta obra recoge una muestra de artesanos, diseñadores y creadores que forman parte de la artesanía chilena más actual y moderna. Una artesanía que incorpora la innovación en su desarrollo formal obteniendo una calidad extraordinaria en sus obras más representativas a través de la fusión de lo tradicional con el diseño moderno como eje vertebrador del tipo de producción vigente.

Adaptar nuestra producción al mercado actual y mejorar la calidad de todo el proceso de producción facilitan el posicionamiento del sector en la comercialización de sus productos en el mercado global. Sin duda, la fusión entre lo cotidiano y lo artístico como partes del proceso creativo permiten a la artesanía su refundación pasando de la expresión estática del oficio tradicional a la nueva nomenclatura empresarial del profesional de vanguardia al servicio de nuestro patrimonio cultural. Todo un acierto. Como señala Tania Salazar, coordinadora del área de artesanía de la entidad editora de esta magnífica obra que recomiendo, los artesanos representados en el libro forman parte de “una generación de creadores que, mediante sus propuestas y productos, mantienen la tradición e incorporan la innovación en términos de cambios formales, productivos o de uso”.