Con este título que pretendía emular la famosa serie coreana del Juego del calamar como leitmotiv para exponer como se organiza la formación de los oficios artesanos en España, intervine el pasado mes de junio en la Conferencia Anual del Word Crafts Council Europe celebrada en Lisboa. Como los cefalópodos, seres invertebrados con una cabeza enorme y una serie de tentáculos que facilitan su avance, la formación artesana se desliza a través de un entramado de planes, de programas, incluso de sistemas, que conectan el ámbito educativo y laboral, pero que, a diferencia de las extremidades de estos animales, funcionan de forma independiente y no siempre son compatibles entre sí, lo que implica que a veces estos tentáculos organizativos se solapen, y otras, que se regulen de forma paralela.

Aun así, independientemente de su origen o de su estructura, todos son válidos, y todos permiten que las personas interesadas puedan formarse y adquieran competencias profesionales. Sin duda, este es uno de los grandes retos de la administración educativa, conseguir que todos los subsistemas puedan avanzar de forma acompasada para que la familia profesional de artes y artesanías, donde “en teoría” debería encontrarse toda la formación profesional relacionada con el sector artesanal, pueda ser igual de compatible y flexible que el resto de familias profesionales que conforman el sistema de la FP en nuestro país.
Centrémonos ahora en cada uno de estos subsistemas. En primer lugar, debemos hablar de los estudios relacionados con las artes aplicadas, los oficios artísticos y el diseño, dentro de lo que en nuestro sistema educativo se denomina “Enseñanzas de Régimen Especial”. Lo hacen a través de los denominados Ciclos Formativos de Artes Plásticas y Diseño, recogidos en las enseñanzas artísticas profesionales. Estas enseñanzas actualmente no pertenecen al sistema de la Formación Profesional como el resto de familias profesionales, pero mantienen una estructura similar y responden al mismo modelo organizativo de títulos de grado medio y grado superior.

Como se puede ver en la imagen, también, existen otras enseñanzas artísticas, las superiores, de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, las de Diseño, y las de Artes Plásticas en Cerámica y Vidrio. En términos generales, las enseñanzas profesionales de Artes Plásticas y Diseño tienen una organización modular, y como la Formación Profesional además de formación teórica tiene una incidencia fuerte en la formación práctica. Actualmente existen ochenta y siete especialidades artísticas profesionales, de ellas, treinta y siete son ciclos de grado medio y cincuenta de grado superior.
En segundo lugar, se encuentra la formación profesional, que está vinculada al Catálogo Nacional de las Cualificaciones Profesionales, y se organiza a través de veintiséis familias profesionales, una de ellas como ya hemos mencionado, es la de artes y artesanías. La formación profesional, es el espacio natural de los oficios artísticos, y por ese motivo se crea nuestra familia, que se subdivide, a su vez, en seis áreas profesionales: Artes escénicas, Artesanía tradicional, Fabricación y mantenimiento de instrumentos musicales, Joyería y orfebrería, Recuperación, reparación y mantenimiento artísticos y Vidrio y cerámica artesanal.
Entre las seis áreas contamos ya con veinticinco cualificaciones profesionales, siguiendo el marco común de toda la formación profesional, de las que veintiuna se pueden adquirir a través de la formación profesional para el empleo, mediante los denominados certificados profesionales (antiguos certificados de profesionalidad), o incluso, algunas de ellas, a través del primer grado de Formación Profesional ya adaptado al nuevo sistema, el de Técnico Superior Artista Fallero y Construcción de Escenografías.

Otra forma de adquirir dichas competencias es por la experiencia profesional o vías no formales de formación, a través del procedimiento de evaluación acreditación de competencias (PEAC), aunque en el ámbito de la artesanía se encuentra en fase inicial todavía. Este procedimiento se compone de diferentes fases que podríamos sintetizar en: una primera de asesoramiento donde un asesor revisa el dossier presentado por el candidato y comprueba las diferentes evidencias que demuestren las unidades de competencia de las cualificaciones profesionales solicitadas, a continuación, emite un informe de asesoramiento con aquellas que son susceptibles de ser evaluadas y aquellas que no. A partir de aquí, hay una segunda fase de evaluación donde una comisión evaluadora comprobará, o en su caso realizará pruebas de evaluación si lo estima oportuno, sobre las evidencias directas e indirectas presentadas. Si se supera la evaluación se expide un documento con la acreditación de las competencias evaluadas.

Por último, junto a todo el entramado de subsistemas de formación tanto en el ámbito educativo como en el laboral, nos encontramos también con otro vinculado a los sistemas públicos de empleo, y que está considerado por la administración laboral, formación no formal conducente a un diploma acreditativo, pero que debemos incluir aquí, porque cubre las enseñanzas de diferentes oficios que no encuentran su referente en los otros subsistemas de la formación, nos referimos concretamente el Catálogo de especialidades formativas.
Asimismo, debemos hacer mención aquí al fuerte impacto que está teniendo en la artesanía el ámbito universitario, porque cada vez son más los nuevos profesionales que proceden de los grados universitarios de bellas artes, arquitectura o diseño entre otros, y que aplican sus conocimientos artísticos en el ámbito de la artesanía. La hibridación entre la artesanía contemporánea, el diseño y el arte es cada vez mayor y las fronteras más permeables, lo que permite que todas las instituciones educativas sean esenciales como formadoras de profesionales de calidad.

Como podemos ver, existe todo un entramado de sistemas a través de los que se pueden adquirir competencias profesionales para incorporarse al mercado de trabajo, tanto por vías formales como informales. No obstante, toda la formación en España se debe adaptar a un nuevo sistema integrado de formación profesional, donde todos los subsistemas se estructuren en un modelo de equivalencias, a través de estándares de competencia, de forma que se puedan producir trasvases, se facilite el acceso de profesionales en activo a la formación o se pueda iniciar su posible acreditación de competencias. Este es uno de los objetivos principales de la nueva Ley de ordenación e integración de la Formación Profesional aprobada recientemente. Una ley que prevé la creación de puentes entre todos los sistemas educativos, con el fin de ayudar a cada individuo a construir su carrera profesional a la carta, según sus necesidades profesionales y laborales de cada momento.
No obstante, y pese a los cambios que se avecinan, queda mucho camino por recorrer. Son muchos los desafíos para que podamos construir una sola carretera, con sus bifurcaciones evidentemente, pero una sola ruta por la que transitar todos los subsistemas. El primer desafío que tenemos en España es la integración de los diferentes subsistemas en un solo sistema que integre las enseñanzas artísticas de régimen especial dentro de la formación profesional, cuestión hoy día aun bastante lejana porque todavía no se ha iniciado el proceso de adaptación curricular. En paralelo a la necesidad de integración de los subsistemas para que no vaya por libre cada tentáculo, deslizándose por un mar de programas y acciones formativas diversas sin llegar a conectarse entre sí, nos encontramos otros tentáculos que afectan a otro tipo de cuestiones de diferente índole, como puede ser el procedimiento de acreditación de competencias.
Por un lado, estaría la necesidad de aumentar los recursos para la evaluación y acreditación de competencias a través de la experiencia laboral, tanto en lo referido a número de centros homologados como a la cantidad de especialistas evaluadores y acreditadores. Actualmente, el procedimiento de evaluación y acreditación de competencias profesionales en España solo pueden llevarlo a cabo centros públicos de formación profesional, o centros de referencia nacional. Mientras las escuelas de arte no se integren en la formación profesional, somos muy pocos los centros que podemos realizar esta actividad, concretamente solo dos, nosotros el Centro Albayzín, como Centro de Referencia Nacional de Artesanía y la Escuela de Joyería de Córdoba, Centro de Referencia Nacional de Joyería y Orfebrería, y no tenemos capacidad, física ni humana, para hacerlo, y menos si cabe, para todo el territorio nacional.
Otra de las cuestiones pendientes que se deben abordar, son las de carácter cualitativo. Me refiero, en concreto, a la modernización de la formación de los oficios artesanos, cuestión que se debería producir en paralelo a la adaptación del sistema educativo y curricular, adaptando los programas formativos a las necesidades reales del sector productivo en el siglo XXI. Para hacerlo, es necesario, incorporar habilidades transversales, que de forma complementaria a la formación académica, den respuesta a los avances sociales y tecnológicos que se van incorporando a la artesanía contemporánea.
El impacto de esta nueva concepción social de la artesanía va dejando una huella en el sector que empuja a los profesionales a reformular su producción y orientarla hacia nuevos valores relacionados con el alma de los objetos, con la esencia de la actividad artesanal, con el significado semántico más intrínseco y singular. No obstante, transmitir estos valores no es tarea fácil en el ámbito educativo, espacio donde esta semiosis debe erigirse como protagonista indiscutible de la formación. La artesanía contemporánea sufre las tensiones que se forman entre identificadores globales y de carácter local, entre una nueva perspectiva más vanguardista y otra que se mantiene inalterable en el tradicionalismo. Se trata de dualidades que conviven, y que deberían ser consideradas desde el ámbito educativo, al ser éste el espacio donde se inician los procesos de adquisición de competencias profesionales de los oficios, y si es necesario para ello, se deben adaptar los programas curriculares, e incorporar las materias que faciliten el conocimiento y la convivencia multiartesanal. Entre estas materias se encuentran algunas de las que se habla mucho últimamente en foros de debate sobre artesanía. Me refiero concretamente a nuevas habilidades como la creatividad y la sostenibilidad, cuestiones que implican un mayor conocimiento medioambiental, mejores competencias digitales, conocimientos en gestión empresarial o el fomento del emprendimiento, entre otros. Se trata de habilidades personales y profesionales que van más allá de la adquisición de conocimientos técnicos
La creatividad, por ejemplo, podría abordarse a través de la formación básica en diseño aplicado a la artesanía, que se configura como actividad fundamental de todo el proceso creativo. Por ello, considero que es imprescindible incluir unos conocimientos básicos en cuestiones como la singularidad, el storytelling, la creación de valor emocional de los productos artesanos y la generación de proyectos con nuevos materiales. No hablamos de formar diseñadores sino de incorporar unos estándares de competencia mínimos sobre la materia en las cualificaciones profesionales y programas formativos. La academia es el lugar idóneo para pensar, repensar y alterar el orden lógico de las cosas, para transformarlas y darles un nuevo sentido. Ya habrá tiempo después para el trabajo colaborativo, para la co-creación entre profesionales de ambas disciplinas, a quienes será más fácil el entendimiento si los artesanos lo interiorizan desde sus inicios, estableciendo una alianza vital y una interacción a largo plazo entre ambos. Así pues, el alumnado de disciplinas artesanas debe entender el diseño como un método para resolver problemas y reflexionar. De esta manera no sólo logrará la transformación de los objetos que produce, sino también convertir el diseño en filosofía para que impregne todo el programa.
El siguiente elemento de carácter transversal, que adquiere una gran significación en la construcción de una formación contemporánea de la artesanía junto a la creatividad, y que afecta transversalmente a toda la planificación educativa, es la formación digital y el impacto de la tecnología. Debemos normalizar el uso de nuevas tecnologías aplicadas a los procesos productivos en el aula/taller. Este aprendizaje de herramientas digitales permitiría dedicar más tiempo a la creatividad y contribuiría, en paralelo, a una mejor optimización del tiempo dedicado a la producción. La tecnología es un componente de innovación que será inevitable no considerar en el ecosistema artesanal. Por este motivo, debe formar parte del aula, para que los estudiantes interioricen su uso como algo normal y lo incorporen al final de sus estudios a sus futuros talleres.
Otra de las cuestiones a tener en cuenta como materia transversal, dentro de esta concepción semiótica de las señales que impactan sobre los oficios artesanos, es la educación medioambiental, la gestión de residuos y el reciclaje. Junto a estas materias que llevamos expuestas como respuesta a las necesidades que debe incorporar el sistema educativo, debemos añadir la falta de conocimientos y recursos para la gestión empresarial, el emprendimiento y el marketing. No significa que el alumnado de oficios deba saber de todo y pretenda suplir el trabajo de otros profesionales, pero la falta de conocimientos mínimos sobre estas materias puede lastrar la toma de decisiones relacionada con el futuro de sus negocios. Es importante, que los productores posean una formación empresarial básica porque les ayudará a encargarse de la parte más burocrática de sus empresas apoyados por empresas externas, dado que la falta de conocimientos empresariales los hace más vulnerables en una economía de mercado y les resta tiempo para la producción. Algunos programas formativos ya se hacen eco de esta necesidad. Por ejemplo, muchos de los Certificados Profesionales de nuestra familia incluyen un módulo de cincuenta horas sobre organización de un taller artesanal, pero, sin duda, es insuficiente. En este tipo de materias, además, no solo se deben enseñar contenidos relacionados con la gestión, sino también otros tan importantes como la dinámica del mercado, la competencia, el comportamiento de los consumidores, mecanismos de comercialización o packaging. Por este motivo, estos estudios, que podemos considerar transversales, son fundamentales para el fomento de la actividad artesanal.
En definitiva, son materias todas ellas, relacionadas con habilidades profesionales y personales que se deben abordar, sistematizar e incorporar a los programas formativos de todas las disciplinas artísticas en las escuelas de arte, centros de formación profesional, escuelas de formación profesional para el empleo, escuelas de diseño o facultades universitarias donde la artesanía se considere materia de estudio y practicidad. Esta convivencia de lo troncal y lo transversal, en el espacio aula/taller, será determinante para comprender diferentes contextos donde el conocimiento es divergente. Además, obligará a modular, con inteligencia y creatividad, un sistema curricular lo suficientemente flexible y adaptativo que permita el acomodo de aquellas materias que tratan por igual a todas las disciplinas y tipos de artesanía.
Como vemos, tenemos muchos desafíos que abordar todavía, tanto de carácter organizativo como de carácter cualitativo en nuestra familia profesional, pero las bases para iniciar el camino de su transformación las tenemos identificadas. Tiempo al tiempo.

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Para escuchar mi intervención en la Conferencia anual del WCC-Europe así como para ver la presentación que utilicé en la misma , se puede acceder a través de la página web del WWC-Europe, haciendo click aquí.
Para terminar, me gustaría señalar que algunas de las cuestiones aquí tratadas, ya las abordé también en un artículo publicado en los Cuadernos del Centro de Estudios en Diseño y Comunicación de la Universidad de Palermo (Buenos Aires, Argentina) bajo el título “Semiótica de la transversalidad para una formación contemporánea en la artesanía” al que se puede acceder pinchando en el título del mismo, y que puede servir de forma complementaria a quien esté interesado en profundizar sobre estas cuestiones.
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